DISCURSO DEL PRESIDENTE ELECTO DE LA CONFEDERACIÓN DE LA PRODUCCIÓN Y DEL COMERCIO, ANDRÉS SANTA CRUZ, ANTE EL CONSEJO NACIONAL
20 de marzo de 2013
- Estimados presidentes de las Ramas que conforman la CPC;
- Estimados Ex Presidentes de la Confederación;
- Señoras y señores consejeros:
Inicio estas palabras con mis más sinceros agradecimientos a todos ustedes por haberme elegido como nuevo presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio. Su respaldo lo recibo como un honor y una gran responsabilidad que me compromete a trabajar enérgicamente en representación del empresariado, junto a todas las Ramas que son las mandantes y principales actores de la CPC.
Quiero felicitar y también agradecer en nombre de todos, a Lorenzo Constans, por su destacada labor estos últimos años a la cabeza de la Confederación. Su prudencia, liderazgo y disposición al diálogo caracterizaron su gestión y lo llevaron a conseguir importantes resultados. Gracias Lorenzo, y esperamos seguir contando con tu colaboración.
El escenario que hoy enfrenta nuestro país, tanto a nivel económico, como social y político, hace especialmente motivante el desafío que hoy me corresponde asumir.
En lo económico, a pesar de la alta incertidumbre que se ha generado en los mercados producto de la situación en Europa y de la todavía incipiente recuperación de Estados Unidos, nuestro país muestra un alto dinamismo, impulsado por una política económica seria y responsable que continúa y profundiza la senda que en esta materia han tenido los últimos gobiernos. El buen desempeño económico que hubo el 2012 y las buenas perspectivas para 2013, se ven refrendadas por la cifras alentadoras por todos conocidas: crecimiento de 6,7% en enero último; 6% nominal de alza de las remuneraciones; un mercado laboral cercano al pleno empleo; y 0,1% de IPC en febrero.
En lo social, veo de manera muy optimista cómo nuestra sociedad mucho más informada y exigente nos pone a los empresarios frente a nuevos desafíos y responsabilidades, que sin duda sabremos enfrentar.
En lo político, claramente éste será un año muy activo y complejo, en el que el actuar de la autoridad y de todos los actores políticos y sociales debiera más que nunca estar inspirado por la búsqueda del bien general, más allá de los intereses individuales o partidistas. Esperamos que prime la responsabilidad, la seriedad, la prudencia y la verdad por sobre el populismo y los ofertones que sólo traen beneficios en el corto plazo.
Perseverar en aquellas decisiones y políticas que efectivamente estimulan el crecimiento y la inversión; el emprendimiento y el empleo, es el gran desafío que hoy enfrentamos, de modo de mantener el alto dinamismo de la economía y superar los obstáculos que podrían frenar el positivo impulso que nos permitiría alcanzar la meta de ser una nación desarrollada en el corto plazo, con el enorme impacto social y en calidad de vida que esto tendrá para todos los chilenos.
Pero no podemos olvidar que el desarrollo económico debe ir de la mano del desarrollo humano y del fortalecimiento de valores como la confianza, la transparencia, el trabajo bien hecho, la honestidad, en fin, de todo lo que trae consigo el círculo virtuoso de crecimiento, desarrollo, bienestar y felicidad.
Por eso, desde esta nueva responsabilidad a la cabeza de la CPC, trabajaremos para seguir fomentando vínculos humanos de calidad al interior de la empresa, para lo cual el equilibrio entre la eficiencia y el bien común es requisito básico para lograr empresas sustentables que aportan al crecimiento inclusivo, la igualdad de oportunidades y la superación de la pobreza.
Estoy convencido que hoy son este tipo de empresas las que logran mejores resultados en todos los ámbitos, pues actuar correctamente, conforme a la ética, preocupados de las personas y del medioambiente, nos permite ganar valor y competitividad, y a la vez continuar cooperando al desarrollo de nuestro querido Chile y el todos sus habitantes.
Precisamente aumentar la competitividad de las empresas es uno de nuestros principales desafíos, de manera de mantener las posiciones de liderazgo económico que hemos ido ganando con el esfuerzo de todos. Para lograrlo, se hace indispensable aumentar la productividad de los factores, lo que nos exige acelerar el paso en materias pendientes que debieran tener carácter de urgente y prioritarias en la agenda de los próximos meses.
Me refiero, en primer lugar, a la energía, donde el diagnóstico es compartido y la solución, responsabilidad de todos. La empresa debe generar espacios de confianza y diálogo con las comunidades, buscando crear las condiciones que permitan abordar y resolver las preocupaciones y las inquietudes de distintos grupos sociales respecto de proyectos de inversión. Pero lo que no podemos permitirnos es que no avancemos y solucionemos este importante desafío.
La creciente judicialización que hoy vemos en distintas áreas y materias, es una realidad preocupante. La sociedad en su conjunto y con una visión de país debe y puede solucionar gran parte de estas controversias.
Otra tarea insoslayable es continuar con los avances en la calidad de la educación y la capacitación en nuestro país. Todos sabemos que una educación de calidad desde los primeros años de vida para toda la población es la principal condición para lograr una efectiva y real igualdad de oportunidades. La productividad promedio de un trabajador chileno hoy es aproximadamente un tercio de la de un trabajador alemán. Para reducir esta brecha, las mejoras en el sistema de capacitación y la educación para el trabajo, son dos ejes centrales en la tarea de impulsar el emprendimiento, la innovación y los talentos de las personas. Por eso, reiteramos nuestra disposición a seguir contribuyendo en este noble y atrayente desafío, al que hoy día a día aportamos un grano de arena a través de los colegios de las distintas Ramas de la CPC e INACAP.
Con estos mismos objetivos, debemos avanzar en las reformas al mercadolaboral que permitan a empleadores y trabajadores, dentro de lo establecido por la ley, acordar con mayor libertad las condiciones de trabajo que más favorezcan a ambos. Y en esta tarea, quiero manifestar nuestra disposición al diálogo sin excepciones ni prejuicios, con la voluntad de buscar y promover acuerdos amplios que posibiliten seguir en la senda del crecimiento, resguardando los derechos de los trabajadores y posibilitando el desarrollo del país.
Otro tema prioritario de la agenda es La Araucanía. La seguridad y el respeto al estado de derecho son condiciones indispensables para la estabilidad y el crecimiento de las naciones. Por lo tanto, cumplido lo anterior, es del todo relevante continuar en la búsqueda de soluciones concretas y globales que abarquen todas las aristas de la delicada situación por la que atraviesa esta región y se ponga fin a las dificultades, e incluso el dolor, que deben enfrentar muchos de sus habitantes.
Finalmente, continuaremos trabajando con mucho entusiasmo en una materia en que ya la CPC ha dado importantes pasos. Me refiero a la labor de promover y difundir los principios éticos sobre los cuales la empresa debe fundamentar su actuación. Quiero reiterar con firmeza que jamás ampararemos o defenderemos aquellas conductas que se aparten de estos principios y las cuales, si bien son aisladas, empañan y opacan la importante labor que los empresarios realizamos en nuestro país.
Productividad, competitividad, sustentabilidad y desarrollo humano. En esto centraremos nuestro esfuerzo y pondremos, como siempre, nuestra capacidad al servicio del país. Esperamos que también la autoridad refuerce sus políticas en este mismo sentido, y que como sociedad, seamos capaces de mirar al largo plazo más allá de las instancias electorales que se avecinan.
Como CPC, continuaremos trabajando duro, con apertura y flexibilidad para escuchar argumentos y construir alianzas con los trabajadores, la comunidad, el gobierno, parlamentarios y demás actores sociales, en la búsqueda de estrategias conjuntas que permitan mejorar las condiciones personales, sociales y económicas de todos los chilenos.
Muchas gracias.